
Es muy difícil ponerse en el lugar de un político sin serlo, más aún cuando uno no tiene ningún amigo/a que lo es, también depende mucho el cargo que ocupe dicho político/a y su forma de ser, pues resulta que en la política, cuanto más franco eres, peor.
Es cierto que hay políticos que pasan más desapercibidos que otros, está claro que también cuanto más visible seas y cuanto más trabajes, más estarás en boca de todos.
Es cierto que hay políticos que pasan más desapercibidos que otros, está claro que también cuanto más visible seas y cuanto más trabajes, más estarás en boca de todos.
No he descubierto América si digo que la política es "una batalla por dominar el juego", un juego que da muchos dolores de cabeza.
El que es un político que ocupa un cargo cercano a la ciudadanía y muy visible, tipo alcalde o similar, emocionalmente tiene más por sufrir que por ganar:
Claro que una buena parte de los que leáis esto diréis, bueno es político, forma parte de su trabajo y está bien pagado, que se joda, sino vale que lo deje... y luego se quejarán de que su jefe/compañeros les hace la vida imposible en su trabajo... jajaja
Otros dirán que son los políticos los que no tienen escrúpulos y que hacen todo lo posible por llevárselo y sí que hay de esos, por desgracia tantos que cuando se formula bien rumores sobre corruptelas, la mayoría de la gente se lo cree... pues es lo que se está acostumbrando a la gente a ver... siempre lo digo, los más perjudicados por ello son los políticos de base, que suelen ser los más íntegros, en parte porque a ellos no se les indulta, ni están aforados...
También es cierto, que esos pocos buenos amigos y familiares terminan siendo un pilar tan importante que también sufren en parte lo que a ti te ocurre, primero porque lo ven, segundo porque poco pueden ayudar, tercero porque los necesitas tanto que no entiendes cuando no pueden estar y por último porque ven como ellos también terminan dentro de esa vorágine simplemente por ser eso, un apoyo...
Lo malo, es que la gente no tiene la culpa, porque entre esos políticos, también existen multitud de ovejas negras, claro que si uno no lo es, entre que encuentras opositores fuera y dentro de tu entorno, pues con el tiempo o eres "moralmente superior" o terminas eligiendo entre huir de la política y todo lo que tenga que ver con ella o en teñirte de negro...
Es una cadena que se retroalimenta y lo único que queda, son esos pequeños logros, la satisfacción de un trabajo bien hecho ante la adversidad, que te puede dar ánimos para seguir aguantando, aunque sepas que luego tendrás que aguantar todo lo dicho anteriormente...
Ahora entiendo porque un buen político se aferra a sus colores, a si mismo y a sus pocos amigos... son sus únicos pilares emocionales... que este escrito sirva como otra pequeña palmada en la espalda para los que sí lo valen y que aunque nos hacemos escuchar menos, recordéis que vosotros, los políticos íntegros, no sois unos totales incomprendidos.
El que es un político que ocupa un cargo cercano a la ciudadanía y muy visible, tipo alcalde o similar, emocionalmente tiene más por sufrir que por ganar:
- Es difícil saber cuales son tus reales amigos y cuales sólo se te acercan por interés.
- Es difícil diferenciar entre la realidad y el rumor.
- Hagas lo que hagas, siempre lo podrías haber hecho mejor, tu trabajo siempre será subestimado.
- La gente es muy amigable cuando te ve y te critica en cuanto te das la vuelta.
- Tienes que soportar que traten de desmoralizarte con ataques directos o a tu familia o a tus pocos amigos...
- Por supuesto aguantarás insultos, amenazas y todo tipo de improperios, además debes aparentar estar entero cuando estás hecho una mierda por dentro.
- Si eres un buen político/a, también te tocará luchar contra aquellos sin escrúpulos que siempre encuentran una manera para presionarte.
- Con el tiempo, por íntegro que seas, hay momentos en los que pierdes la confianza en el equipo de trabajo e incluso en la familia y amigos, lo que termina convirtiéndose en algo recíproco aún sin razones claras para que ocurra. En los muchos momentos bajos, dejas de creer en la humanidad y en los valores.
- Lo peor, es que la mayoría de la gente, también desconfía de ti...
Claro que una buena parte de los que leáis esto diréis, bueno es político, forma parte de su trabajo y está bien pagado, que se joda, sino vale que lo deje... y luego se quejarán de que su jefe/compañeros les hace la vida imposible en su trabajo... jajaja
Otros dirán que son los políticos los que no tienen escrúpulos y que hacen todo lo posible por llevárselo y sí que hay de esos, por desgracia tantos que cuando se formula bien rumores sobre corruptelas, la mayoría de la gente se lo cree... pues es lo que se está acostumbrando a la gente a ver... siempre lo digo, los más perjudicados por ello son los políticos de base, que suelen ser los más íntegros, en parte porque a ellos no se les indulta, ni están aforados...
También es cierto, que esos pocos buenos amigos y familiares terminan siendo un pilar tan importante que también sufren en parte lo que a ti te ocurre, primero porque lo ven, segundo porque poco pueden ayudar, tercero porque los necesitas tanto que no entiendes cuando no pueden estar y por último porque ven como ellos también terminan dentro de esa vorágine simplemente por ser eso, un apoyo...
Lo malo, es que la gente no tiene la culpa, porque entre esos políticos, también existen multitud de ovejas negras, claro que si uno no lo es, entre que encuentras opositores fuera y dentro de tu entorno, pues con el tiempo o eres "moralmente superior" o terminas eligiendo entre huir de la política y todo lo que tenga que ver con ella o en teñirte de negro...
Es una cadena que se retroalimenta y lo único que queda, son esos pequeños logros, la satisfacción de un trabajo bien hecho ante la adversidad, que te puede dar ánimos para seguir aguantando, aunque sepas que luego tendrás que aguantar todo lo dicho anteriormente...
Ahora entiendo porque un buen político se aferra a sus colores, a si mismo y a sus pocos amigos... son sus únicos pilares emocionales... que este escrito sirva como otra pequeña palmada en la espalda para los que sí lo valen y que aunque nos hacemos escuchar menos, recordéis que vosotros, los políticos íntegros, no sois unos totales incomprendidos.