El nuevo despertar Kantiano Español Nueva Sociedad Democrática es un partido político en formación que defiende valores éticos y morales parece que perdidos o más bien deformados y desvirtualizados con el paso de los años. El movimiento Kantiano que nació en Alemania gracias en gran parte al filósofo Immanuel Kant se ha ido desvirtualizando a favor de las grandes fortunas que en su afán por generar más y más riqueza han aprendido a disfrazar la avaricia y el robo de democracia y estado de bienestar, hasta el punto de intentar hacer creer a los hijos de los ciudadanos que en el pasado lucharon por instaurarlo, que hemos causado un desequilibrio económico que provocará el kaos económico y por tanto el derrumbe del sistema. ¿Qué diría Kant si viese quiénes usan sus palabras para su propio beneficio? A esto trata de dar respuesta Nueva Sociedad Democrática. |
El movimiento kantiano ha estado desvirtualizado desde un comienzo en España, pues podemos considerar que Felipe González mediante el PSOE (y con apoyos y ayudas económicas de la Alemania kantiana) fue quien introdujo dicho estado de bienestar en nuestro país, pero hoy más que nunca, podemos afirmar que se vio forzado a ello por acaparar los votos de una gran parte de republicanos. A cambio aseguró el bienestar propio y de su entorno más allegado para toda su vida y futuras generaciones.
España, en diferencia a otros países como Alemania, basó su estado de bienestar en la financiación del mismo mediante créditos que algún día habría que devolver. Alemania sin embargo, generó un modelo de financiación a través de impuestos directos e indirectos que producían una repartición de la riqueza más justa y equitativa, España no fue capaz, porque nunca ha sido capaz de plantar cara a las grandes fortunas.
La corrupción del PSOE y la sensación del pueblo de que había sido engañado, se convirtió en descontento y produjo que Aznar pasase a ser el presidente del gobierno bajo mayoría absoluta, que lejos de mejorar la situación, la empeoró privatizando todo aquello que podía generar ingresos en el futuro y enriqueciendo aún más a las grandes fortunas que lógicamente (debido a la avaricia implícita en ellos) no iban a repartir sus ganancias con los trabajadores, un engaño ideológico del que muchos parecen todavía confiar.
Es decir, tras la república, la guerra y la dictadura que implantó de nuevo la monarquía, parece que no hemos aprendido y hemos caído de nuevo en la trampa, un bipartidismo disfrazado de democracia que mantiene engañados a la mayoría de los ciudadanos para minorizar o retrasar el movimiento kantiano que acabó en la guerra (una asociación muy larga de explicar, pero era el motor ideológico de la revolución ciudadana).
España nunca dejará de ser una dictadura dirigida por las grandes fortunas y en disputa interna gracias a la avaricia y la poca voluntad por hacer el bien que les caracteriza, hasta que les plante cara y obligue a las mismas a pagar sus impuestos, para comenzar con ese reparto de riqueza, que repito, jamás se ha producido en España, pues en España los ricos jamás repartieron su riqueza, sino que el pueblo la obtuvo de préstamos que han sido alargados de diferentes formas y maneras desde la época de Felipe González hasta hoy. Algo que es conocido por cada uno de los gobiernos que han pasado por España pero jamás ninguno ha hecho nada por remediarlo, sino al contrario, sus políticos (siento generalizar) han procurado unirse a ellos a través de acuerdos y promesas.
El error que cualquier representante de las grandes fortunas comete al hablar de la ética o moralidad kantiana es que siempre atribuye la ayuda o colaboración a una simbiosis, es decir, sólo existe ayuda si mi ayuda desemboca en un fin compartido, como ejemplo, yo te pago más únicamente si eso produce que compres más y de esa manera lo que te pago de más vuelve a mi de alguna manera.
Resulta que Kant jamás atribuía como añadido ético o moral el ayudar si a cambio recibes algún bien, sino ayudar a sabiendas de que no te va a producir o reportar ningún beneficio, por lo cuál, es un error atribuir a las políticas del bipartidismo la etiqueta de políticas para la generación de un estado del bienestar.
NSD conoce la manera de llegar a ese punto, de generar una nueva revolución ciudadana pero esta vez sin guerras, adaptando la economía del bien común al mercado capitalista español y obligando a las grandes riquezas a repartir la misma como ya hiciesen algunos de sus homólogos europeos hace muchos años (aunque hoy en día también ellos estén en crisis ideológica y con dicha moralidad kantiana totalmente desvirtualizada).
La manera de hacerlo es claramente mediante la mejora legislativa e introduciendo ciertas medidas de control político, fiscal y económico que parece ser que no conviene aprobar por los partidos políticos actuales que siguen ocultando la verdad, que España ha vivido un falso estado del bienestar.
Hoy en día tenemos en nuestro poder la capacidad para pensar racionalmente (sin influencias de medios y rumores), mirar unos años atrás y analizar la situación y por supuesto, gracias a nuestros antepasados y a la instauración de la democracia, también tenemos en nuestro poder, la capacidad para elegir a quien votamos y por tanto la capacidad para cambiar las leyes. Si seguimos haciendo siempre lo mismo, jamás obtendremos un resultado diferente.
España, en diferencia a otros países como Alemania, basó su estado de bienestar en la financiación del mismo mediante créditos que algún día habría que devolver. Alemania sin embargo, generó un modelo de financiación a través de impuestos directos e indirectos que producían una repartición de la riqueza más justa y equitativa, España no fue capaz, porque nunca ha sido capaz de plantar cara a las grandes fortunas.
La corrupción del PSOE y la sensación del pueblo de que había sido engañado, se convirtió en descontento y produjo que Aznar pasase a ser el presidente del gobierno bajo mayoría absoluta, que lejos de mejorar la situación, la empeoró privatizando todo aquello que podía generar ingresos en el futuro y enriqueciendo aún más a las grandes fortunas que lógicamente (debido a la avaricia implícita en ellos) no iban a repartir sus ganancias con los trabajadores, un engaño ideológico del que muchos parecen todavía confiar.
Es decir, tras la república, la guerra y la dictadura que implantó de nuevo la monarquía, parece que no hemos aprendido y hemos caído de nuevo en la trampa, un bipartidismo disfrazado de democracia que mantiene engañados a la mayoría de los ciudadanos para minorizar o retrasar el movimiento kantiano que acabó en la guerra (una asociación muy larga de explicar, pero era el motor ideológico de la revolución ciudadana).
España nunca dejará de ser una dictadura dirigida por las grandes fortunas y en disputa interna gracias a la avaricia y la poca voluntad por hacer el bien que les caracteriza, hasta que les plante cara y obligue a las mismas a pagar sus impuestos, para comenzar con ese reparto de riqueza, que repito, jamás se ha producido en España, pues en España los ricos jamás repartieron su riqueza, sino que el pueblo la obtuvo de préstamos que han sido alargados de diferentes formas y maneras desde la época de Felipe González hasta hoy. Algo que es conocido por cada uno de los gobiernos que han pasado por España pero jamás ninguno ha hecho nada por remediarlo, sino al contrario, sus políticos (siento generalizar) han procurado unirse a ellos a través de acuerdos y promesas.
El error que cualquier representante de las grandes fortunas comete al hablar de la ética o moralidad kantiana es que siempre atribuye la ayuda o colaboración a una simbiosis, es decir, sólo existe ayuda si mi ayuda desemboca en un fin compartido, como ejemplo, yo te pago más únicamente si eso produce que compres más y de esa manera lo que te pago de más vuelve a mi de alguna manera.
Resulta que Kant jamás atribuía como añadido ético o moral el ayudar si a cambio recibes algún bien, sino ayudar a sabiendas de que no te va a producir o reportar ningún beneficio, por lo cuál, es un error atribuir a las políticas del bipartidismo la etiqueta de políticas para la generación de un estado del bienestar.
NSD conoce la manera de llegar a ese punto, de generar una nueva revolución ciudadana pero esta vez sin guerras, adaptando la economía del bien común al mercado capitalista español y obligando a las grandes riquezas a repartir la misma como ya hiciesen algunos de sus homólogos europeos hace muchos años (aunque hoy en día también ellos estén en crisis ideológica y con dicha moralidad kantiana totalmente desvirtualizada).
La manera de hacerlo es claramente mediante la mejora legislativa e introduciendo ciertas medidas de control político, fiscal y económico que parece ser que no conviene aprobar por los partidos políticos actuales que siguen ocultando la verdad, que España ha vivido un falso estado del bienestar.
Hoy en día tenemos en nuestro poder la capacidad para pensar racionalmente (sin influencias de medios y rumores), mirar unos años atrás y analizar la situación y por supuesto, gracias a nuestros antepasados y a la instauración de la democracia, también tenemos en nuestro poder, la capacidad para elegir a quien votamos y por tanto la capacidad para cambiar las leyes. Si seguimos haciendo siempre lo mismo, jamás obtendremos un resultado diferente.
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